miércoles, 22 de febrero de 2012

Cap. 18 - ¡Sin ti, no soy nada!

*Estaba en la sala de espera, impaciente por saber que le ocurría a Lucas. Las horas pasaban, el pasillo se llenaba de gente, se vaciaba, y así consecutivamente. Yo tenía el corazón a cien, y no entendía como podía haberle pasado eso, así tan rápido.
De repente me fije en alguien, era un hombre, estaba de espaldas, pero me resultaba familiar, cogí a María y fui hasta el, le di dos golpecitos en la espalda. Cuando se dio la vuelta, lo mire a la cara. Me lo debería haber imaginado, era mi padre. Se sorprendió al verme.
-         ¿Qué haces aquí?
-         Nada, solo me pasaba a verte…
-         ¿De verdad?
-         ¡No! Un amigo del orfanato, ha tenido un ataque y estoy aquí por el.
-         ¡Ha! Tú eres la acompañante de ese tal, Lucas. ¿No es así su nombre?
-         Si. ¿Llevas tú su caso?
-         Si, ¿por qué?
-         Por saberlo… Bueno, ¿ya sabéis algo de lo que le pasa?
-         No, es muy extraño, nunca habíamos visto nada igual.
-         Si te enteras de algo, dímelo.
-         Lo are. Bueno, ¿no me vas a presentar a esa niña? ¿Quien es?
-         Mi hija.
-         ¡¿Pero que dices?!
-         Es María, tu hija.
-         No sigas con las bromas.
-         ¡Pero si es la verdad! Ahora ya, ni te acuerdas de que mi madre murió dando a luz…
-         Es verdad. Lo siento, ¿cómo se llama?
-         María.-María lo miraba de forma extraña, le conté todo aunque no lo entendiera, pero parece que si que lo entendió.
-         ¿Por qué me miras así, María?
-         Quizás porque, primero, la dejaste tirada, ni siquiera sabias que existía y dos se lo conté todo.
-         Ya y una niña de esta edad, va a saber tanto, ¿no?
-         Y si no lo entendió, ¿cómo demonios te tiene tirria?
-         Seguro que me mira así, por que nunca me ha visto y no le resulta familiar, mi cara.
-         Vale, piensa lo que quieras.-Y me senté de nuevo en las sillas, blancas del pasillo. De repente salió un medico, que decía el nombre de mi padre una y otra vez, y no paraba de decir, ‘’ ¡es una urgencia, corre! Mi padre se paro delante mío y me dijo: ’’are todo lo posible, por salvarlo. ’’ Desde dentro de la sala, se escuchaban a las enfermeras diciendo: ‘’se nos va, se nos va. ’’ Yo solo lloraba. No podía perderlo a el también, le debía una, el me salvo a mí. Entre en la sala y allí estaba Lucas. Lleno de cables y maquinas que recorrían su cuerpo. Me aferre a el, y me decían que me apartara, que si no, lo perderían. Pero en ese momento nada me importaba mas, que estar con el, me había enamorado. Todo se quedo oscuro y en silencio. No había nada mas que el y yo. Daba mucha paz y tranquilidad. Ya no se podía escuchar el alboroto de los médicos, solo estaba yo y Lucas. Sentí que alguien me agarro el brazo y de repente, todo desapareció. Volvieron los ruidos, aquella paz ya no existía. Me echaron de la sala y me dijeron que debía esperar, asta que pudieran hacer algo.
-         No tuve más remedio que salir de la sala, y sentarme de nuevo en aquellas sillas, con María.
Siento haber tardado, pero el Internet, no me iba y lo he subido en cuanto he podido. Gracias por leer, y espero que os haya gustado este capitulo. Es corto por que lo estoy haciendo a las 11 de la noche. ♥ Os quiero.

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